ESCORPIO

Octava casa de la carta astral: corresponden al signo de Escorpio todos los nacidos entre el 23 de octubre y 21 de noviembre. Escorpio es el octavo signo del zodíaco y es un signo de agua, simbolizado por un escorpión figura que se forma uniendo los puntos de las estrellas que hay en su constelación; relacionado con la octava casa de la carta astral y ésta es la casa de la regeneración, el nacimiento y la muerte.
Plutón, su regente: el signo Escorpio está regido por el planeta Plutón, el planeta de la regeneración; sus colores los rojos oscuros y los marrones.
Sus piedras regentes: entre otras son: las ágatas, las turmalinas, el topacio, piedra del sol, olivino, ojo de gato, malaquita, jaspe atigrado, jade, amazonita, aventurina, calcedonia, hematites, esmeralda, diamante, los cuarzos, crisoprasa y circón.
Intuitivos, radicales y magnéticos: los nacidos bajo este signo son muy voluntariosos, emocionales, muy inteligentes, intuitivos, radicales, muy magnéticos, celosos, suspicaces, sensuales, explosivos, callados, entregados, espirituales, personalidad intensa, reservados, apasionados, extremos, sagaces, introspectivos, transformadores, penetrantes, centrados, profundos, creativos y críticos.
Son atraídos por las situaciones peligrosas: los Escorpio suelen ser peligrosos cuando se les ataca, pueden incluso autodestruirse, pero vuelven con rapidez a emerger de la destrucción, sienten las emociones de una forma muy intensa y se deprimen sin razón aparente. Es de aspecto tranquilo, aparentemente, pero necesita desarrollar una extraordinaria energía para controlar sus fuerzas internas y se sienten atraídos por las situaciones peligrosas. Les encanta el mundo de lo desconocido, el misterio y los secretos. Escorpio se halla vinculado a la parte oculta de la vida.
Poco moderados en el sexo: los nacidos bajo este signo poseen una enorme energía y luchan por vencer todos los obstáculos que se interponen en su camino. Se puede tener total confianza en un Escorpio, guardará celosamente los secretos que se le confíen, tan celosamente como guarda los suyos, son personas introvertidas y pensativas. Les importa en gran manera el sexo y su descubrimiento y experimentación, por lo que se reprimen de hacer cambios en su personalidad o forma de proceder en él, aún sabiendo que ese cambio podría ser bueno para ellos, ya que son poco moderados en el sexo.
Sus puntos débiles: su gran problema son los órganos sexuales, la próstata, la pelvis, la garganta y los conductos nasales. También sufren del estómago, pues sus nervios internos no dejan que sus digestiones se hagan con normalidad.