miércoles, agosto 24, 2005

EL OCASO DE LOS MITOS


Los grandes mitos, a través de la historia, siempre han esclavizado a la humanidad como sádicos tiranos. Lo que al principio fueron pueriles maneras del hombre para interpretar los hechos, más tarde se transformaron en engañosos faros, inútiles para vencer las tinieblas cerniéndose a su alrededor.
El hombre voluntariamente se esclavizó a sus mitos. Se aferró a ellos o creó otros nuevos. Creyó en ellos o quiso creer en ellos y los adornó con descomunales espejismos para engañarse a sí mismo en una trampa mortal, puesto que jamás podría calmar su sed ni su hambre en aguas y frutos inexistentes.
El hambre de eternidad es una terrible hambre inherente al hombre y a la conciencia de su fugacidad como tal, que lo lacera instante a instante de cada vida que vive. El miedo pavoroso a su efímero pasaje por el mundo y a su desintegración en una "nada" que teme cervalmente, hace del hombre la fácil presa de los buitres del espíritu y de los fabricantes de falsos símbolos.
Innumerables profetas o apóstoles surgieron en distintas épocas, enunciando nuevas fórmulas para satisfacer el hambre espiritual que roe al hombre. Los más insólitos senderos, de renovación o de interpretación de las antiguas doctrinas, enriquecieron el acervo de su desconcierto.
Nada dejó de intentarse. Reformas religiosas, filosóficas, económicas, políticas, sociológicas, humanísticas, científicas, metafísicas, teológicas y hasta doctrinas escatológicas de comunicación post morten.
Y siempre, cada una de estas doctrinas o pseudo doctrinas se constituía en símbolo y se transformaba en mito compartiendo un lugar común a todas: emplear como armas los mitos ya creados y envejecidos, para tonificarlos y revitalizarlos con la euforia de creer haber hallado una nueva fórmula para un nuevo ideal. De suerte que todos los mitos se encuentran basados en el mismo cimiento: la ceguera del hombre y su hambre de eternidad.
Pero el hombre no ha sido creado para caminar perennemente en pos de un horizonte siempre lejano, y así como tarde o temprano los ciclos terminan, así también debe terminar el ciclo de oscuridad.

1 Comments:

At 24/8/05 1:09 p. m., Blogger Tyler Durden said...

Las mentes débiles son blanco fácil, ya sea que te ha pasado algo terrible como perder un ser querido o una enfermedad que terminará haciendo lo mismo, las personas se debilitan tanto en su fe (crean en lo que crean), como en su juicio, en general al verse más vulnerables dejan de centrarte en lo que relamente les importa, en su ser interno (su energía vital)y lo que tu conciencia les dice, dejando de lado lo que creen, son capaces de tratar de lograr con cierta o cual triquiñuela lo que a todas luces es imposible, ya sea alargar sus días en la tierra o comunicarse con los muertos, esto en el mejor de los casos, ya que esas personas siquiera, podría decirse, tienen un motivo.
Pero existe además un tipo de persona que en su fuero interno se cree difernte al resto, cree que se le han abierto posibilidades de lograr algo por decirlo menos estúpido o irracional como trascender los límites de esta existencia, esa gente es blanco fácil tanto para adoptar estas creencias, como para propagarlas, en ese punto es de vital impotancia que cada uno de nosotros se de realmente cuenta si está siendo víctima de la convicción de otro y que al significar esa persona algo para nosotros o por el hecho de haberle dado cierta credibilidad a sus dichos, caigamos en creer que tenemos "toda la razón" y terminemos propagando algo que antes repudiábamos. Estemos alertas a los charlatanes que de todo se valen para convencernos. See you.

 

Publicar un comentario

<< Home